Mantener el entusiasmo en un oficio al que parece que el signo de los tiempos está dispuesto a eliminar, no es sólo una obligación y una necesidad, es también un honor y un placer.
Soy depositaria de una herencia muy hermosa: mi abuela María, revolviendo entre betas e hilos; mi madre, preparando urdimbres por la noche; y mi padre, el primer emprendedor textil del pueblo. En general, la vida de las colonias textiles de la comarca del Bages que han estado muy presentes en nuestra cultura. Dicen que el rock nació en América, al son del ferrocarril, y en Europa lo acogió el compás de los telares.
Aprender siempre de las materias y de los sabios. Eliseu, de Avinyó, que se nos fue antes de presenciar el exterminio; Joaquim, de Terrassa, el mejor técnico; Jordi Serra, que me coló en un examen para poder estudiar tecnología; y Horacio, el mejor acabador de Europa y que Zara se ha dejado perder...
De los alumnos que tuve hace veinte años y que en clase me miraban con ojos de no tener futuro, como nos miran ahora los adolescentes en Europa. De los aliados de este proyecto, otra maravilla del destino, como mis hermanos que siguen tejiendo en Navarcles y como Vicens, el mejor acabador en prenda del Vallés. De los que están cosiendo estas primeras piezas: Josefina, de Balsareny; Xell, que lleva la economía y que conserva y conecta con la tejeduría que su abuela le transmitió y que apuesta por el proyecto sin ser del oficio; Sussana, por su grafismo; Olga, que dibuja; Helena, animadora del proyecto; Oriol, que compuso a la web; Xavi, que hizo las fotografías; y a la familia de amigos que están participando.
Hemos llegado hasta aquí sin pasarnos facturas, aunque somos muy conscientes del valor que tiene lo que cada uno hacemos, sin créditos ni subvenciones. Creemos en este proyecto y nos cooperamos haciendo lo mejor posible lo que cada uno sabemos, por el gusto de trabajar en familia y poniendo en el mundo aquello en lo que creemos.
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